domingo, agosto 22, 2010

LA PIEDRA BRUTA Y LA MORAL DEL APRENDIZ

 

Q:.H:. OCTAVIO TAPIA LU

Resp:. Log:. Unión Fraternal Nº 21 -  Gran Logia de Panama

Una reflexión sobre el significado simbólico de la Piedra Bruta, sugiere una estrecha relación con un sistema moral que la Masonería nos enseña en torno a la perfección del hombre, en la búsqueda del desarrollo espiritual y hacia las conductas sociales basadas en valores, el respeto, la fraternidad, la humildad, la tolerancia y los derechos del individuo.

Este sistema moral es representado por la piedra rudimentaria, que desde muy temprano, a nivel de aprendiz, nos estimula a un incesante trabajo en torno a las prácticas y doctrinas masónicas, en un vehemente deseo de buscar la Verdad. De ahí la estrecha relación de sentido entre la Piedra y el Cuarto de Reflexión, negro en su apariencia, donde sobresale la antigua fórmula alquímica y hermética V.I.T.R.I.O.L,: "Visita Interior Terrae, Rectificando Invenies Ocultum Lapidem", (Visita al Interior de la Tierra, Rectificando Descubrirás la Piedra Oculta).

Pero la búsqueda de la Verdad o el descubrimiento de un sentido superior de la vida como respuesta a nuestra propia existencia, sólo es posible por medio de una profunda indagación de nuestros sentimientos y la mejor disposición a un verdadero trabajo interior. Es así cómo el trabajo masónico consiste simbólicamente en perfeccionar la existencia humana, a través de un permanente y sucesivo proceso de transformación. La "piedra bruta" constituye el símbolo del Aprendiz, la "piedra cúbica" simboliza al Compañero y la "piedra cúbica en punta" al Maestro, las cuales en su conjunto, simbolizan el motivo central de la superación permanente y constante en la búsqueda del pensamiento independiente y de la perfección.

Esta atribución de sentido simbólico al moldeamiento de la piedra como unidad de toda construcción, se basa en el trabajo realizado por los antiguos masones operativos, verdaderos albañiles. Los constructores medievales, que erigieron grandes edificaciones y catedrales góticas, adornaron bellamente a Europa, cuya obra se aprecia hasta nuestros días. Organizados en una orden con tradiciones iniciáticas, basados en el estudio del simbolismo, con un sistema conceptual del hombre, de la vida y del universo, eligieron la piedra como el elemento más sencillo y común, para legar la enseñanza más significativa y trascendente: que los hombres son perfectibles.

En las construcciones de Catedrales, la misma comenzaba materialmente cuando la piedra, en su estado más natural, recién cortada de su veta era retirada de la cantera, para ser sometida al trabajo de pulimento que el picapedrero debía realizar, a fin de hacerla útil al plan constructivo a seguir, dándole las debidas dimensiones y formas, además del necesario pulimento. Ello implicaba una habilidad, un conocimiento, un arte y una forma de vida.

Expresiva de esta percepción de la existencia humana, el destacado Poeta y Alquimista Medieval, Clovis Hesteau de Nuycement en su "Poema Filosófico de la Verdad de la Física Mineral" editado en París en 1620, citado por Fulcanelli en el "Misterio de las Catedrales", escribe el siguiente mensaje hermético:

"Ve por este camino, no por otro, te advierto.

Observa solamente las huellas de mi rueda

Y para dar a todo un calor igual,

No subas ni desciendas al cielo y a la tierra

Si demasiado subes, el cielo quemarás;

Si bajas demasiado, destruirás la tierra.

En cambio, si mantienes en medio tu carrera,

el avance es seguido y la ruta más segura".

Los aprendices buscamos y escogemos las piedras que deben ser preparadas para la construcción del templo y debemos empezar a moldearlas y darle forma a golpe de cincel. Ello deberá ser continuo y pausado, con inteligencia y disciplina, con paciencia y dedicación, con una precisa fuerza que, golpe a golpe de cincel, moldee gradualmente las partículas de la piedra hasta desbastarla. Según sea la resistencia de la piedra, el uso de la fuerza deberá estar en equilibrio con el peso y la solidez de las herramientas; el mazo y el cincel.

Es esta alegoría, la que justamente encierra el motivo central de la existencia humana, cuyo escultor es el propio Yo interno de cada uno hacia el logro de la perfección, al fortalecimiento del espíritu, aprender a disciplinar de manera constructiva todas sus facultades, al conocimiento de uno mismo y de las circunstancias que lo rodean. El logro de la perfección, simbolizada en el pulimento de la piedra, consiste en desprenderse de errores, prejuicios, odios, desarmonías e intransigencias, existentes en la vida interna, así como de aquellas derivadas de las relaciones sociales entre los hombres, tales como el "desorden profano", la oscuridad del fanatismo y la barbarie de la intolerancia.

Lograr la trascendencia a un plano más elevado es cumplir con el elemental compromiso humano de mejorar cada día, en todos los aspectos de su existencia, modelando el carácter y el desarrollo de la personalidad, de acuerdo a valores, como el constante progreso, la pasión por la sabiduría, el conocimiento y el repudio de la ignorancia, la virtud, la búsqueda de lo bello como alternativa, así como el amor a sí mismo y a los semejantes.

De acuerdo a esta atribución de sentido simbólico de la "piedra bruta", existe potencialmente en cada persona, en su calidad de protagonista primario de la historia humana y de su propia vida, un estado de perfección inherente, latente en todas sus formas de expresión, la cual es necesaria reconocer, educar y hacer explícita por medio del trabajo, el estudio y de la obra que masónicamente simboliza el desbastamiento de la piedra informe.

Ahora bien, desde nuestra perspectiva de aprendiz masón, es en la "piedra bruta" donde se representa la fortaleza y la moral del Primer Grado, en la actitud para aprender, del esfuerzo y dedicación que en ello se ponga. Este es el principio y el fundamento en que descansa todo progreso, toda vez que se efectúa reconociendo, asimilando y dominando lo aprendido, a pesar de las circunstancias de la vida y de la sociedad en que nos insertamos, con las respectivas experiencias que se deriven de esta relación.

En la historia de la humanidad, han existido distintas formas de concebir la idea del perfeccionamiento y la búsqueda de la felicidad, expresado en el cambio cualitativo, por un lado, en sus relaciones con los demás y por otro, desde la perspectiva del crecimiento espiritual personal. Así, desde el helenismo, el budismo, el cristianismo, el islamismo, el renacimiento y la denominada modernidad, han significado para la historia humana, distintos niveles y formas de interpretar la realidad social, las relaciones entre los hombres y su  concepción de lo trascendente.

En la sociedad de hoy, caracterizada por distintas crisis estructurales, económicas, políticas, ideológicas y humanas, se manifiesta directa o indirectamenta, la pérdida de una de las aspiraciones históricas entre los hombres: la búsqueda de la felicidad.

Por el contrario, el conjunto de las crisis han estimulado en la sociedad moderna, el pesimismo, la decadencia de valores, la atracción por lo efímero, el consumismo y la posesión material, el individualismo, el hedonismo y la ausencia de sentimientos de solidaridad y fraternidad. La sociedad actual nos muestra que el interés del individuo apunta al goce inmediato, al usufructo de lo material como camino de la satisfacción espiritual y a las relaciones sociales basadas en la vanidad, la arrogancia, la prepotencia del poder y de la abundancia, precipitando al hombre moderno hacia una constante deshumanización.

En este contexto, la transformación interna del Aprendiz Masón, a través del pulimento simbólico de la piedra bruta, debe crear en su conciencia, la necesidad de superar las condiciones de arrastre de su materialidad pasada y actual, producto de la vida profana. El trabajo de transformación de la piedra bruta, significa simultáneamente para el aprendiz, la transformación de sí mismo en su condición de masón. Simbólicamente muere para nacer a una nueva vida. He ahí su fortaleza moral, en el descubrimiento de su unidad y esencia interna, en la conciencia de su propio ser y la estimulación de sentimientos nobles, lo cual implica un doble proceso psíquico, en permanente equilibrio:

Por un lado, la capacidad intelectual de razonar, de aprender de la experiencia, de reflexionar en torno a ella e interpretarla, en miras a establecer las formas de interacción entre la conciencia y lo externo a ella. Por otro, el conocimiento intuitivo, emocional, en otras palabras, el volcamiento al interior de la conciencia. Esta consiste en la faceta espiritual del pensamiento humano, que facilita acceder a un conocimiento superior, a través de tres etapas, según el filósofo austriaco Rudolf Steiner, en su "Filosofía de la Libertad", a saber: la preparación, que desarrolla el sentido interior; la iluminación que hace brotar la luz espiritual; y la iniciación, que establece el contacto con las altas realidades del espíritu.

Sin embargo, para acceder a un conocimiento espiritual o superior, el aprendiz deberá asimilar y experimentar en su conciencia, el sentimiento de la enseñanza simbólica del pulimento de la piedra bruta, es decir, la devoción, la vida interior y la calma interior. Sólo de esta forma llegan a aflorar en la conciencia del aprendiz, los valores de fraternidad, de caridad y de tolerancia, los cuales nos hará más dignos de nuestra condición de masones.

Por último, mientras más nos acerquemos a nuestro ideal de perfección, seremos más humanos y, paulatinamente, iluminándonos con la luz de nuestros hermanos para desbastar con certeros golpes la piedra bruta, algún día seremos piedras cúbicas, trascendiendo a planos superiores, para satisfacción de nuestros propios retos, para beneficio de la humanidad y para la gloria de la augusta institución Masónica, como escultores de nuestros propios templos y destinos.

 

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UNIÓN, LEALTAD y SINCERIDAD

Por el Q:. H:.ERICK VARGAS

La inagotable literatura y las muchas definiciones académicas coinciden en señalar que la finalidad de la Francmasonería es buscar la felicidad humana a través de la Tolerancia y el Amor; y por su intermedio:   perfeccionar las costumbres; glorificar la justicia, la verdad y la igualdad; combatir la tiranía y los prejuicios. Si bien, la extensión geográfica es el mundo entero, requiere indispensablemente de miembros que representen hombres libres, de buenas costumbres, tolerantes, no dogmáticos, tenaces y buscadores de la Verdad.

Todos estos miembros, reciben el título fraternal de Hermano, con el que se distinguen dentro de la Francmasonería. Todos nosotros somos Hermanos en el sentido de la conciencia de nuestros anhelos; lo

somos por nuestro común ideal de fraternidad y solidaridad entre todos los hombres; además mantenemos un mismo sentido de humanidad, por un mundo donde impere la concordia y la paz. Como hombres no reunimos todas esas virtudes, ni somos ajenos a las debilidades humanas; pero justamente, al ingresar en la Institución, estudiamos y trabajamos por el perfeccionamiento humano como objetivo.

Existen tres condiciones distintivas del Hermano Masón y que son virtudes muy parecidas:

1. LA UNIÓN:    Sólo formando un todo con nuestros Hermanos Masones es que la Logia será fuerte y respetada. Acatando las decisiones de la mayoría y las de los DD:. OO:., y procurando cumplir todas las iniciativas de los Hermanos ayudándolos en las obras que emprendan, recordando que solamente la unión trae consigo la armonía y el éxito en el taller.

2. LA LEALTAD:     Esta es una de las más importantes virtudes masónicas, y en ella están comprendidas la honradez, la fidelidad, la justicia, el amor fraternal y la bondad. La lealtad es un gran elemento de fuerza en una Logia Masónica. El Hermano Masón que ajusta su conducta a las enseñanzas recibidas en ella, apoyando a su Ven:. Maest:. y a las DD:. y OO:., y respeta los derechos ajenos y los principios de la Masonería, es leal a su Logia y por ende a sí mismo.

3. LA SINCERIDAD:    Si no podemos ser enteramente sinceros con nuestros Hermanos Masones, es preferible retirarnos. Cuando estrechamos la mano de un Hermano, ese apretón es prenda de nuestra sinceridad. Ni él te puede fallar ni tu le puedes fallar. Tenemos obligaciones mutuas, debemos hacernos las mismas concesiones y tenernos el mismo respeto. Esa sinceridad debe extenderse a los principios morales que profesamos, nuestra prosperidad no hará más que reforzarlos y la adversidad no podrá quebrantarlos. Sólo entonces podremos decir que somos sinceros con nosotros mismos.

Filosóficamente, la Masonería considera que cada uno de nosotros es un ser imperfecto. El hombre en su imperfección y, utilizando las herramientas del Libre Albedrío, tiene la alternativa de elegir entre el bien y el mal, entre virtudes y vicios. Nosotros, los Hermanos Masones, pulimos nuestra Piedra Bruta, nuestra piedra natural, nuestra personalidad, con el estudio de la Simbología Masónica en una disciplina hermética y ritualista con la finalidad de acercarnos a la Verdad, con la finalidad de tender al perfeccionamiento humano dentro de nosotros mismos e irradiándolo y aplicándolo al mundo externo, al mundo cotidiano.

Esta concepción no pretende en nadie la Perfección. Ella está sólo en el Oriente de donde viene la Luz y hacia donde nos dirigimos y sólo la posee el G:.A:.D:.U:.. Cada uno de nosotros siempre estará en un estado relativo frente a la Virtud en su concepto verdadero y absoluto. En este estado de la Virtud de Humildad Relativa, la contrapartida es la Vanidad Relativa. La Masonería no la niega, la acepta como una situación de imperfección, como una realidad que, en la medida que el Masón pule su piedra bruta, su personalidad, ella, la Vanidad, disminuye en favor de la Humildad. Pero, la Humildad, también ella es imperfecta.

En este dilema entre Humildad y Vanidad, que esta última, en ningún caso será un Vicio a menos que se manifieste en sus grados extremos, al igual que la Humildad dejará de ser una Virtud, si es exagerada.

La Masonería resuelve este problema con el reconocimiento al Hermano estudioso, al Hermano preocupado e interesado en seguir perfeccionando su personalidad con el estudio y el conocimiento de la Simbología Masónica, teórica y prácticamente, con un sistema de Ritos y Grados jerárquicos que le permiten, al Hermano Masón, al ser humano imperfecto, encontrar una solución inocente e inofensiva a su estado natural de Vanidad Relativa inevitable, con una dosis de ella mensurada, controlada y compatible con la Virtud de la Humildad que, fundamentalmente, debe manifestarse en su máxima expresión tanto en el mundo profano, como en nuestro mundo masónico en su exacta ubicación jerárquica como premio a nuestro esfuerzo.

 

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ARMONÍA EN EL TEMPLO

 

M. GUTIÉRREZ S.  M.: M.:

R:. L:. Diego de Ordaz Nº 175. Or.: de Puerto Ordaz , Venezuela.

Mediante la Teoría Ondulatoria el Hombre ha conseguido la comprensión, el conocimiento y hasta el dominio de diversos fenómenos físicos que ocurren en la naturaleza. En esta Teoría se expresa que esos fenómenos son vibraciones, es decir corpúsculos que se mueven con un movimiento periódico que posee una determinada longitud de onda (o camino que recorren alternativamente), una cierta frecuencia (o número de ciclos por segundo), y una característica amplitud (que cuantifica su intensidad).

El sonido se considera una vibración  y el desarrollo de la acústica (o conocimiento y técnica del sonido) ha sido tan grande que prácticamente se puede decir que nada le queda por conocer. Además su máxima manifestación, la Música, se ha convertido en un verdadero arte, para goce y disfrute de la especie humana.

La luz se considera también un fenómeno vibratorio; y aunque esta teoría no se ajusta totalmente a lo que ocurre en los diversos fenómenos lumínicos, los éxitos obtenidos en la descomposición de la luz en sus diversos colores componentes le han dado la categoría de práctica hipótesis explicatorio de uso temporal. Además el cromatismo unido al dominio de las formas y de las proporciones ha permitido el desarrollo del arte de la Pintura; para satisfacción de la raza humana.

La parapsicología ha utilizado la Teoría Ondulatoria para expresar que los sentimientos, los pensamientos y al fin la Vida misma sólo son fenómenos vibratorios. Gran parte del progreso alcanzado por esta forma de estudio (la parapsicología) se ha debido a que, en realidad, estos fenómenos en algunas circunstancias se rigen por las leyes enunciadas por la Teoría Ondulatoria.

Según esta Teoría cuando dos o más cuerpos vibran simultáneamente se pueden producir las siguientes combinaciones:

a.‑ RESONANCIA.‑ En estos cases las vibrations de los cuerpos son mutuamente aumentadas entre sí; llegando al caso extremo en el cual un cuerpo que no está vibrando es inducido a hacerlo porque otro lo hace con la misma frecuencia que él vibraría. Ejemplo de esto se puede observar cuando se toca un diapasón frente a un piano, inmediatamente comienza  a vibrar aquella cuerda que emite un sonido de una frecuencia igual a la que emite el diapasón.

b.‑ ANULACIÓN.‑ En estos cases especiales las vibrations de los cuerpos son mutuamente disminuidas hasta llegar a la detención de los movimientos, y cese de las vibrations.

c.‑ INTERFERENCIA.‑ Este es el caso más general; aquí las vibrations de todos los cuerpos que participan son mutuamente influenciadas hasta obtener una vibración única resultante. Esta vibración resultante puede ser armónica o agradable, cuando entre las vibrations que emiten los cuerpos que participan existen afinidades, que se expresan  por relaciones matemáticas simples entre sus distintas frecuencias. Es inarmónico o desagradable cuando entre las vibrations que emiten los cuerpos que participan no  existen afinidades.

Estos conceptos simples de Teoría Ondulatoria tratemos de aplicarlo a lo que ocurre en el Templo masónico cuando se realiza una Tenida. Debemos tener presente que según ella las personas emiten vibrations a través de sus pensamientos, sentimientos y acciones; además el Templo mismo es un gran emisor de ondas. En estas circunstancias se puede producir una tremenda armonía cuando todas las vibrations emitidas coinciden, es decir poseen una longitud de onda y una frecuencia que corresponde al espíritu masónico; y ojalá que sean emitidas con la mayor intensidad posible.

Sin embargo, estas condiciones óptimas son difíciles de conseguir en la práctica porque suelen presentarse una, varias o todas las situaciones que a continuación se señalan:

- DECORACIÓN DEL TEMPLO. Es evidente que el principal centro emisor de ondas, el Templo, no vibrará con sentimiento masónico si está decorado con elementos profanos que no corresponden al Simbolismo Masónico. Por muy bonito, o de gran importancia histórica profana que sea el motivo de la decoración, si no corresponde al Simbolismo Masónico no debe encontrarse en el templo. Debemos recordar, además, que la principal lección de Simbolismo Masónico para el grado de Aprendiz, es interpretar los diversos elementos que decoran un Templo; así que intercalar en él un elemento profano es entorpecerle el aprendizaje del Simbolismo creándole confusión mental.

- CUMPLIMIENTO DEL RITUAL. Se creará una tremenda resonancia armónica cuando cada Q:. H:. ejecute en forma correcta y en el instante adecuado la parte que le corresponde dentro de los Rituales; ya que en esos momentos existe una gran coincidencia de pensamientos y por consiguiente una gran emisión de ondas mentales simultáneas. Por otra parte se crea una interferencia inarmónica cuando, por tratar de ayudar a un miembro de la oficialidad que no ha hecho lo que el Ritual le exige, un Q:. H:. ejecuta un acto que no le corresponde. (ejemplo: adornar el Ara). Sobre esto, se estima preferible en esas circunstancias detener el Ritual hasta que el miembro de la oficialidad realice lo que le corresponda, o hasta que el V:. M:. le solicite que lo ejecute. De esta manera se produce una "detención", no una interferencia; además la enseñanza que recibe el Q:. H:. olvidadizo es superior a la otra, y muchas veces le crea un recuerdo inolvidable.

- USO DEL MANDIL. El Mandil es el elemento que más diferencia las labores profanas de las masónicas hasta el punto que estas últimas no pueden realizarse sin él y su uso es obligatorio para poder ingresar al Templo. Además, cada grado posee un tipo Mandil específico con un tremendo significado simbólico para las enseñanzas de ese grado. De acuerdo con ello todo Q:. H:. que durante una tenida no utilice el Mandil que le corresponde según el grado que posee en la Masonería Simbólica está en desarmonía masónica, y se transforma en un centro emisor de ondas que interferirán el espíritu masónico que debe imperar en la tenida. Además con esta acción pierde toda autoridad moral para poder explicar, y enseñar, el simbolismo que contiene el mandil de cada grado.

Debemos señalar que en la Masonería Simbólica se deben utilizar solamente los mandiles del Simbolismo; para la Capitular, los correspondientes al Capítulo; y así sucesivamente.

- UBICACIÓN EN EL TEMPLO. Durante una Tenida cada Q:. H:. tiene que ocupar una determinada ubicación en el Templo, que está definida, ya sea por el cargo que ocupa en la Oficialidad o por el Grado Masónico que posee. El Simbolismo Masónico hace frecuentemente alusión a esto y expresa: "La Columna de Maestro", "La Columna Norte", "La Columna de Compañeros", etc. Además lo relaciona, fuertemente, con los importantes conceptos de "Rayos Solares" y " Luz". No ubicarse en el Templo en el lugar que le corresponde significa negar una gran fuente de simbolismo, y por esta acción, emitir ondas que están en desarmonía con el espíritu masónico.

- ACTITUD MENTAL. Se producirá armonía entre los concurrentes a una Tenida cuando todos ellos estén mentalmente inspirados en los mismos ideales masónicos; es decir en el deseo de autoperfeccionamiento y en la creencia en un ideal superior. Y si existe coincidencia plena se producirá una gran resonancia con tremendas ventajas para todos los presentes. Por otra parte, si algún Q:. H:. no ha podido olvidar sus problemas profanos y se mantiene pensando en ellos y no en los ideales masónicos, emitirá ondas que producirán grandes interferencias que pueden llegar hasta anular los pensamientos e ideales de los otros presentes. En relación a esto podemos expresar que la finalidad del Ritual de Apertura es facilitar la transición mental desde el ambiente profano a uno masónico; para ello cada uno de los concurrentes debe impregnarse del esoterismo que emana de ese Ritual.

- CONVERSACIONES ANÁRQUICAS. Uno de los rasgos característicos del comportamiento masónico, ya sea dentro del Templo o en el mundo profano, debe ser la forma en que se utiliza "La Palabra" y el método con que ocupa "El Silencio". Para conseguirlo, en todas y cada una de las Tenidas, tanto el V:. M:. nos lo recuerda en el Ritual de Apertura, como el desarrollo mismo de la Tenida nos lo enseña. Además toda Tenida Masónica debe desarrollarse según un rígido procedimiento. Así que una de las más grandes fallas de desarmonía que puede producirse en un Templo, se origina cuando dos QQ:. HH:. conversan anárquicamente entre sí, desligándose del desarrollo de la Tenida.

- GRADO DE LA TENIDA. Lo que más caracteriza al método de enseñanza masónica es ser gradual; significando con esto que cada grado tiene una materia específica que tratar;  por lo tanto todo Q:. H:. debe saber tanto, y nada más que, lo que corresponde a su grado, como a todos los otros grados inferiores al que posee. Además, y en complementación de lo anterior, en el Templo sólo se permite la presencia de QQ:. HH:. que poseen un grado igual o superior al que tiene la Tenida que se celebra. Por consiguiente, produce una gran desarmonía masónica conversar en una Tenida de temas o materias que correspondan a grados superiores. Por otra parte el hecho de hacer alusión a grados superiores muchas veces despierta prematuros apetitos de adquisición de grados, que por ser prematuros son inmerecidos, y por consiguiente no deben satisfacerse.

- INGRESO TARDÍO. Genera una gran interferencia y produce una gran desarmonía, el hecho que ingrese a una Tenida un Q:. H:. después de haber comenzado la Tenida especialmente cuando el ingreso se hace "con ceremonia", o demasiado profanamente. En realidad "corta" la Tenida y rebaja el sentimiento masónico que estaba ya creado.         Se  puede expresar que el obsequio que trae a la Tenida un Q:. H:. que ingresa tardíamente a ella es semejante a una caja de Pandora. Por otra parte debemos recalcar que según el mismo ritual de las Tenidas sólo se permite el ingreso a ella, después de haber iniciado, en ciertos instantes bien determinados (al terminar de leer el Trau, antes de circular el Sa, de Pro )

Estas son las circunstancias que más corrientemente ocurren y que producen que rebajen el espíritu de armonía masónica que debe imperar en toda Tenida.  Sin embargo, y para finalizar, se ha dejado lo más importante:

“NO PODRÁ EXISTIR JAMÁS ARMONÍA MASÓNICA EN UNA TENIDA SI NO EXISTE EN TODOS Y CADA UNO DE LOS QQ:. HH:. UN VERDADERO AMOR FRATERNAL HACIA TODOS LOS DEMÁS QQ:. HH:..  ADEMÁS QUE CADA UNO DE ELLOS DEBEN ESTAR INSPIRADOS EN LOS IDEALES DE AUTOSUPERACION Y PERFECCIONAMIENTO, BASADOS EN LOS PRINCIPIOS DE TOLERANCIA, LIBERTAD, IGUALDAD Y FRATERNIDAD.“

MASONES QUE NO CONCURREN A SUS LOGIAS

 

Con frecuencia oímos decir que determinado Q.:H:: que no concurre a las Tenidas es una buena persona, tiene espíritu masónico pero tiene mucho trabajo, está muy ocupado. Nunca compartimos esa forma de encarar el problema: siempre creímos que es una benevolencia equivocada, que hace mal a la orden y hace mal al Hermano. Es muy fácil decir "yo pertenezco a la masonería y desentenderse de todo lo demás:¿Qué pasaría si todos hiciéramos lo mismo? ¿Si a la hora de la tenida siempre estuviéramos viendo televisión, leyendo, con los amigos o simplemente durmiendo?. A estos QQ.: HH:: Muy Buenos se deben esas Logias anémicas, que apenas llenan los principales puestos, que en medio de un general e inevitable aburrimiento arrastran una vida masónica penosa y lamentable.

Para ser Masón autentico no basta figurar en el Cuadro Logial, es necesario quemarse diariamente en la llama de la acción y la militancia.

. ¿Qué interés, qué estimulo pueden sentir el Venerable Maestro y los Queridos Hermanos que concurren regularmente?

Esos QQ.: HH.: Muy Buenos destruyen la base de la institución y ya se sabe que la grandeza de la Masonería radica en su base, es decir, en sus obreros, en todos nosotros. Así la Orden no progresa, no se fortifica, así no cumple con su deber. En cuanto al Hermano si no asiste no puede vibrar con nosotros, no siente el ímpetu de la vida del Taller, perceptible o no pero real y verdadera.

Se podrá llamar Masón pero no se puede ser Masón sin concurrir a las Tenidas. Pero hay más; no se puede ser masón si no se integra al CUERPO MENTAL y al plano espiritual de la Logia. Cuando el Venerable Maestrodice "Silencio y en Logia, mis Hermanos" se crea un cuerpo mental colectivo que nos envuelve a todos. Es entonces cuando la cadena de unión, esa cadena de unión que está aplicada al muro, baja hasta nosotros, palpita, se  humaniza, nos libera y nos une: nos libera del polvo de todos los caminos, del lastre de la vida profana, de las fuerzas negativas que actúan en nosotros mismos y nos une en un plano superior de bondad, de tolerancia, del afán de superación, es decir, nos une a un nivel masónico: Y esa emoción no la puedo sentir yo ni nadie si estoy sentado en mi casa, leyendo, con mis amigos o durmiendo entre otras cosas. Si no sabemos como opina el Taller o la Orden sobre determinado problema, si no nos formamos en la fragua masónica, si no aprendemos a manejar las herramientas de la vida superior, ¿Cómo vamos a influir; sobre quiénes vamos a influir?

Se ha dicho siempre que no deben traerse aquí las pequeñeces y resquemores que nos separan de la vida profana, pero si se deben llevar hacia fuera la comprensión, la tolerancia, el respeto, la fraternidad que prevalecen en nuestra convivencia. ¿Cómo vamos a llevar hacia fuera esas buenas prácticas si empezamos por no practicarlas? Si queremos influir en el mundo profano tenemos que asistir a las Tenidas, por Muy Buenos que seamos.

Hay más la Orden elige a sus hombres, los educa, los mejora, los transforma, pero ese proceso no se improvisa, no se opera por milagro, no se opera por el sólo hecho de estar en nuestros registros, por Muy Buenos que seamos. La Orden tiene ese proceso perfectamente organizado desde el primero hasta el último grado. Entre nosotros nada responde a la casualidad o la suerte, todo está cifrad en la razón y en el análisis. Es un sistema moral y filosófico"velado por el misterio y embellecido por los símbolos.", es el más perfecto sistema, sin duda alguna, que el hombre ha creado para su convivencia, pero ese sistema no funciona con entelequias, nombres escritos en Cuadro Logial. ¡No!  Ese sistema funciona con hombres de carne y hueso y esos hombres son su arma, su instrumento y su triunfo: Para que ese sistema funcione es preciso concurrir a la Logia.

Hay más: todo lo que aumenta la libertad del hombre aumenta su responsabilidad. La Masonería, para el que la entiende, aumenta la libertad interior, ayuda a pensar, suprema tarea y en consecuencia aumenta y compromete su responsabilidad. Y uno de los primeros deberes que son inherentes a esa cuota de responsabilidad es el de asistir a Logia. Porque cabe preguntar ¿dónde está la vida masónica, el mundo masónico que hemos escogido libremente, la esencia de sus enseñanzas?. ¿Estarán en la oficina, en la fábrica, en el estudio o consultorio profesional o en la calle? NO. Están en la Logia.

Alguien podrá llamarse Masón, decir que figura en nuestros registros, pero nadie puede ser masón si no vive nuestra vida masónica y para eso es imprescindible concurrir a Logia.

Puedo resumir y sintetizar todo lo dicho en los siguientes términos; la finalidad más allá de la Masonería, el ideal mas puro y la ambición más noble y, a la vez, la tarea más difícil, la superación del hombre, la planificación del hombre, eso, mis QQ.: HH.:, no se obtendrá nunca con Masones que no asisten a Logia.

Revista Talleres Año III Nº 20.1965. Montevideo Uruguay.

Hernando Sequera M:.M:.

Resp:. Log:. "Sol de Guayana" Nº 218

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sábado, febrero 13, 2010

Barcelona Masónica

Los chocolates Toblerone tienen forma triangular porque su creador era masón. También lo era el de los chocolates Suchard, y el inventor de la maquinilla de afeitar con cuchilla y uno de los fundadores del FNAC y Adolf Sax, inventor del saxofón. Y también escritores como Mark Twain y Sherlock Holmes. Lo dijo ayer Xavier Casinos, periodista y autor del libro Passejades maçòniques per Barcelona, que lleva prólogo nada más y nada menos que del alcalde de Barcelona, Jordi Hereu. Casinos, acompañado de Hereu, presentó ayer el texto en la Biblioteca Pública Arús y empezó citando una ristra de masones extranjeros para referirse luego a la hipótesis de que los colores del Barça tenga su origen en la masonería. La primera vez que se lo dijeron no lo creyó Casinos. Podía, claro, ser una mera casualidad. Porque es cierto que hay un mandil con los colores azul y grana, pero también hay otro (de aprendiz, enfatizó con cierta dosis de ironía) que es blanco y eso no debería llevar a pensar que también la camiseta del Real Madrid es de origen masónico.

Pero andando el tiempo y estando precisamente en la Biblioteca Arús vio un cuadro firmado por D'Artagnan, una alegoría masónica, en el que aparecen los colores azul y grana. Pero eso no llevaba a ninguna parte porque no había constancia de conexión alguna entre la logia de Rossend Arús y el fundador del Barça, Joan Gamper. Hasta que apareció la conexión. Uno de los miembros de la misma era pariente de Gamper y participó en la fundación del club de fútbol. Desde luego, no hay documento que establezca fidedignamente que el nacimiento de los colores del Barça estén indisolublemente vinculados a la logia, pero hay razones para creerlo que antes no existían.

El interés por conocer el asunto es, sobre todo, ciudadano, como recordó el gerente de la biblioteca, Josep Brunet. Grandes capitales europeas tienen recorridos masónicos. Perfectamente conocidos y públicos porque en otras partes la masonería no sufrió la persecución a la que en España fue sometida por el dictador Francisco Franco. Éste ordenó borrar cualquier símbolo que quedara en la ciudad. Algunos, recordó Hereu, se salvaron porque el régimen era bastante ignorante y no supo reconocerlos. Casinos citó algunos y remitió al público (que abarrotaba la salita) a su libro para encontrar otros. Entre los que citó: el restaurante Set Portes, la calle de Portaferrisa e incluso un edificio que albergó un cuartel de reclutamiento.

Jordi Hereu expresó su satisfacción por vivir en un tiempo y una ciudad donde se puede ser normalmente masón sin tener por qué ocultarlo. "Es la normalidad de la libertad", dijo el alcalde. También estuvieron en el acto el líder de CiU, Xavier Trias, y el socialista Josep Maria Sala. El libro es un paseo por la ciudad, incluyendo las referencias a calles que tienen nombre de personajes que fueron masones. Sin ir más lejos, Andreu Nin, Antonio Machado y Lluís Companys.

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domingo, febrero 07, 2010

Celebraciones por el Día del Aprendiz Masón

 

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EL GRADO DEL REAL ARCO

Enciclopedia de la Francmasonerí a.- A. Gallatin Mackey

Con excepción del grado del Maestro, no existe otro grado en la Masonería tan extensamente difundido, o que sea tan importante en su valor histórico y simbólico, coma el Arco Real, o, como se le ha llamado, flor razón de su significación sublime el ‘Arco Real Sagrado” Dermott le llama ‘la raíz, corazón, y esencia de la Masonería,” y Oliver dice que es “indescriptiblemente más augusto, sublime, e importante que cualquiera que le precede, y es, en efecto, la cima y perfección de la Masonería Antigua.” Se encuentra, efectivamente, en cada uno de los Ritos, en alguna forma modificada, y algunas veces bajo nombre diferente, pero conservando siempre esas mismas relaciones simbólicas de la Palabra Perdida que constituyen su carácter esencial.

Cualquiera que estudie cuidadosamente el grado del Maestro en su significación simbólica, sé convencerá que se encuentra en una condición mutilada, es decir que es imperfecto e incompleto en su historia, y que, terminando bruscamente en su simbolismo, deja a la mente en espera de algo más que es necesario a su perfección. Esta deficiencia la suple el grado del Arco Real. Así es que, cuando tuvo lugar la unión en Inglaterra, en 1818, entre las dos Grandes Logias rivales, no obstante que existía una disposición hereditaria y vigorosa en la parte de los Masones Ingleses con el fin de preservar la simplicidad del Antiguo Rito de York limitando a la Francmasonerí a a los tres grados simbólicos, fué necesario definir la Masonería del Orden antiguo como consistente de tres grados, incluyendo el Arco Real Sagrado.

Hubo un tiempo en que el Arco Real no existía como grado independiente, sino que era una parte complementaria del grado del Maestro, al que dio la necesaria realización. Ramsay lo introdujo en los grados superiores del continente; Darrnott lo creó y estableció para el uso de su Gran Logia; y que Dunckerley se dice lo desunió del tercer grado en la Gran Logia Legal de Inglaterra.

El método preciso y época de su separación después de haber sido establecido por tercera vez, como grado independiente en Inglaterra y América, constituye una parte importante e interesante de la historia de la Masonería.

Es evidente que la existencia del Arco Real como grado independiente y distinto, data de una época comparativamente moderna. En ninguno de los registros antiguos manuscritos de la Masonería existe la referencia más insignificante de él, a la vez que Anderson no lo menciona de ningún modo en su historia de la Orden. La palabra verdadera, que constituye el carácter esencial del grado del Arco Real fué encontrada por el Dr. Oliver en un retablo antiguo del Maestro Masón de fecha aproximada al año 1725 por lo que concluye así (Orden de Inglaterra R A., p. 20) “que la palabra, en esa época no había sido apartada del tercer grado y transferida a otro” en otras palabras, que el grado del Arco Real no habría sido construido entonces.

El período último en que se menciona en Inglaterra que él pudo encontrar, fue en el año 1740. exactamente dos años después de que aconteció el cisma que separó la Logia antigua de la Gran Logia Moderna, uso los títulos generalmente aceptados, sin ninguna referencia a su propiedad y atribuye su formación al cuerpo anterior. Stone, (Cartas Sobre la Masonería, p. 50,) que posee un conocimiento perfecto de la historia Masónica, atribuye su origen al Capitulo Primordial de Arras. Pero ese cuerpo fué establecido por el joven Pretendiente en 1747, y Oliver, como se demuestra, reconoció la existencia del grado en Inglaterra siete años antes, Sin embargo, la verdad es que, Ramsay, mucho antes habla incorporado el grado del Arco Real bajo un titulo diferente en sus grados superiores, y no hay duda que Dertnott, que fué realmente el inventor del sistema Inglés, debía a él muchas de sus ideas lo mismo que aconteció posteriormente a Dunckerley cuando compuso el Arco Real para la Gran Logia Legal pero el sistema de Ramsay era muy diferente en sus detalles principales al de ambos. Ramsay, hacia la época de la innovación de Dermott, había visitado Inglaterra, e intentado introducir sus grados superiores, los que fueron rehusados por la Gran Logia Legal y hay muchas razones para creer que él comunicó a la Masonería separatista una parte principal de las invenciones que él había implantado en la Masonería del continente.

Oliver dice que el Arco Real que fué inventado por los separatistas, “aunque contenía elementos de sublimidad suprema, era imperfecto en su construcción y poco satisfactorio en su resultado lo cual demostraba, por el estado imperfecto e informa en que se encontraba entonces, que el grado estaba en los primeros años de su infancia, Los anacronismos que tenía en abundancia, y el estilo negligente en el que sus partes se encontraban dispuestas, revelaban su origen reciente. Realmente, no cabe duda que fué un atentado, el combinar varios de los grados continentales de la Masonería sublime en uno solo, sin atender al orden del tiempo, propiedad y estilo conveniente en su disposición, o cualquiera otro principio fundamental; y por esta razón encontramos en el grado, tal como fué construido originalmente, una confusión insuperable del todo en los acontecimientos que se conmemoran en el Arco Real de Ramsay, los Caballeros del Arco Noveno, del árbol Ardiente, del Oriente o la Espada, de la Cruz Roja. el Compañero Masón Escocés. el Maestro Selecto, la Espada de la Cruz Roja de Babilonia, la Rosa Cruz, etc,”.

Como a fines del año de 1758, la Gran Logia Constitucional no tenía grado del Arco Real, pues en ese año el Gran Secretario declaró que nuestra sociedad no es Arco Antiguo ni Arco Real ;‘ y en la lectura del tercer grado preparado por Anderson y Desaguliers dice que “lo que existía perdido se ha encontrado ahora,” lo cual significaba, dice Oliver, que la palabra del maestro masón se otorgó al Masón recientemente ascendido en las últimas ceremonias del tercer grado, lo cual prevenía la necesidad del grado del Arco Real.

Pero hacia el año 1770, Tomás Dunckerley, que había sido autorizado por la Gran Logia Constitucional, o los “Modernos,” para inaugurar un nuevo sistema de lecturas, comenzó sus modificaciones del antiguo sistema, las que se han practicado hasta la fecha y que consisten en separar la palabra del Maestro del tercer grado, Esto dio origen a la necesidad de un nuevo grado; por lo que Dunckerley, copiando de Ramsay, de Dermott, y de su propia invención, fabrico el grado del Arco Real para los Masones Modernos; siendo una Innovación violenta, cuyo éxito se debe únicamente a su gran popularidad que tenía en la Orden y la influencia del Gran Maestro. Oliver cree, por buenas razones, que la introducción del grado del Arco Real en el sistema Moderno no podría haber sido anterior a la dedicación del Salón de los Francmasones en 1776. Diez años después de que los reglamentos del grado fueron establecidos por primera vez, y en que la unión de las dos Grandes Logias en 1813, tuvo lugar, fué reconocido formal y oficialmente el Arco Real Sagrado, como una parte de la Masonería del Orden Antiguo, el que ha permanecido desde entonces en dicha forma.

El resultado de nuestras investigaciones, en las que hemos confiado principalmente en la autoridad del inteligente Oliver, es que, hasta el año 1740, el elemento esencial del Arco Real constituía parte componente del Grado de Maestro, y era, por supuesto, su parte concluyente; que como grado no fué reconocido del todo siendo solamente el complemento de uno; y que en la época en que fué separado de su relación original y elevado a la posición e investido con a forma de un grado distinto por el cuerpo que se llamaba ‘la Gran Logia de Inglaterra según las Antiguas Constituciones,” y que se conoce familiarmente tomo la Logia de Dermott o la Gran Logia Athol, y frecuentemente corno ‘los Antiguos;” que en 1776 un grado se¬mejante construido por Dunckerlev, fué adoptado por La Gran Logia Constitucional. o los “Modernos,” y que en 1813 fué reconocida formalmente como parte del Rito de York por a Gran Logia Unida de Inglaterra.


En América, la historia del grado siguió a la del sistema inglés. Como la mayor parte de las Logias americanas derivaban sus Patentes de la Gran Logia Athol, el Arco Real debe haber sido introducido en el momento de su constitución, El gobierno del grado estuvo por mucho tiempo bajo las ordenes de las Logias del Maestro, y muchos años transcurrieron antes de que fuese conducido de ahí y colocada bajo el control de cuerpos distintos llamados Grandes Capítulos. En América, no fué sino hasta 1798 en que se fundó el Gran Capitulo y muchas Logias persistieron por algunos años en que les fuese conferido el grado del Arco Real bajo La autoridad de sus Poderes de Las Grandes Logias.

Conservado en todas partes la identidad en su significación simbólica, el Arco Real varia en diferentes países en sus detalles históricos.


El grado de Ramsay, del que se originaron todos los sistemas continentales, es enteramente diferente del que se practica en la Gran Bretaña, en Irlanda, y en los Estados Unidos.


Su representació n puede encontrarse en el grado décimo-tercero, o Caballero del Arco Noveno del Rito Escocés Antiguo y Aceptado.

En Inglaterra, Escocia. y los Esta¬dos Unidos, la circunstancia en la que se funda el grado, o, en el lenguaje técnico, la leyenda, es la misma; pero La organización preliminar es diferente en cada país.

En Inglaterra en 1834 se hicieron varios cambios considerables en las ceremonias de exaltación, pero se conservaba el diseño general del sistema. El grado es el cuarto en la serie masónica, y el Maestro Masón que ha permanecido así por doce meses, es elegible para la exaltación. Los oficiales principales del Capítulo ingles son: los tres Principales, Zorobabel, Haggai, y Joshua; tres Residentes Templarios y dos Escribas, Ezra, y Nehemiah un Tesorero y un Bedel.

En Escocia, los grados preliminares son; los de Maestro super-Excelente, Excelente, Ex-Maestro. y Marcador, y los oficiales principales son los mismos que en Inglaterra.

En Irlanda, la leyenda era anteriormente diferente de la de Inglaterra, y fundada en sucesos registrados en las Crónicas del Segundo Libro (xxxiv p. 14,) en donde se dice que Hiliiah “encontró el libro de la ley de Dios dado por Moisés.” La fecha de este grado era por Lo tanto el año 624 A. C., o sea noventa años después que la nuestra. Los grados preliminares a calificativos eran: Super Excelente y Excelente y Ex-Maestro. Pero el sistema irlandés fué alterado hace algunos años, y se adoptó un nuevo Rito, algo semejante al americano. Los oficiales no difieren materialmente de los del Capitulo inglés y escocés.

En América, la leyenda es la misma. tal como la inglesa, aunque varía en algunos de sus detalles. Los grados preliminares son: Maestro Excelentísimo, Ex-Venerable y Aprobado; y los oficiales principales son: Sumo Sacerdote, Rey, Escriba, Capitán de la Hueste, Viador Principal Capitán del Arco Real, y los Tres Grandes Maestros de los Velos.

Corno ya he dicho, como quiera que la leyenda o base histórica variase en los diferentes Ritos. en todos ellos era idéntica la significación simbólica del Arco Real. Por lo mismo, la Construcción del segundo Templo, que es un símbolo tan prominente en los sistemas inglés y americano, y enteramente conocido de igual modo en el continental, no puede considerarse como punto esencial en el simbolismo del grado. Es importante en los sistemas en que se encuentra, pero no es esencial. El verdadero simbolismo del sistema del Arco Real se funda en el descubrimiento de la Palabra Perdida.

Nunca es por demás e! repetir que la PALABRA es, en la Masonería, el símbolo de la VERDAD. Esta verdad es el gran objeto que persigue la Masonería el principio y tendencia de todas sus investigaciones la recompensa prometida a todos los esfuerzos masónicos, y que se busca diligentemente en todos los grados a que se aproxima constantemente pero nunca se comprende perfectamente e íntimamente, hasta que al fín, en el Arco Real, los velos que cubren el objeto de nuestra investigación se descubre ante nuestra vis¬ta, y se revela el inestimable premio.

Esta verdad, que es el gran objeto de las investigaciones de la Masonería, no es precisamente la verdad de la ciencia, o la verdad de la historia, pero es la verdad más importante que es sinónimo del conocimiento de la naturaleza de Dios, es esa verdad que se encuentra en el Tetragrama Sagrado, o nombre omnipotente, comprendiendo su significación su existencia eterna, presente, pasada y futura, a la que alude al declarar a Moisés, me he presentado a Abrahan, Isaac y a Jacob por el nombre de Dios Omnipotente; pero no me conocían por mi nombre de Jehová.

El descubrimiento de esta verdad es entonces, el simbolismo esencial del grado del Arco Real. Donde quiera que se practique, y bajo algún nombre peculiar el grado se encuentra en todos los Ritos de la Masonería; este simbolismo permanece. Pero no obstante, la leyenda puede variar, las ceremonias de recepción y los pasos preliminares de iniciación pueden diferir, pero la consumación es siempre la misma el gran descubrimiento que representa el conocimiento de la VERDAD.

 

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El Tuileur de Villaume

LE TUILEUR. Vuillaume. Ed. du Rocher, Mónaco 1990. Aprox. 330 pgs.

La palabra francesa "Tuileur" designa, por una parte, al Hno. (Guarda Templo), cuya función es asegurarse de que todo el que entra en una Logia está en posesión del grado en el que el Taller está trabajando, para lo cual le pide de forma regular los secretos simbólicos correspondientes. Por otra parte, se llamó así al manual que recoge estos secretos: signos, toques, palabras de pase, palabras sagradas o de reconocimiento, edad simbólica, marchas (pasos rituales) y, si es más completo, como en este caso, baterías, decoración o tintura de la Logia y designaciones de esta y de los oficiales características de cada grado, así como joyas y decoración de estos últimos, horas del trabajo, etc. No es un ritual desarrollado, sino la codificación de unos elementos fundamentalmente invariables.

El Tuileur se publicó en París anónimamente, firmado "por un veterano de la Masonería", en 1820 y 1830, incluyendo ésta un aviso del editor que luego citaremos. La edición de du Rocher es un facsímil de la segunda y reproduce la que hizo Dervy-Livres en 1975.

Los Ritos que incluye este Tuileur son: el Rito Escocés Antiguo y Aceptado; el Rito Francés o Moderno que es como se denominaba al seguido por el Gran Oriente y sus logias, y que termina con el grado (7º) de Soberano Príncipe Rosacruz, idéntico al grado 18 del anterior con unas pocas diferencias; la Masonería "de Adopción"; y finalmente el Rito de Misraím, trasladado a un apéndice en esta 2ª edición, debido al desuso de su práctica según expresa el mismo editor, que dice haber consultado a los masones más instruidos y haber hecho caso de sus críticas juiciosas, así como corregido escrupulosamente las faltas que le han sido indicadas.

El Rito Escocés Antiguo o "de Perfección" tenía veinticinco grados divididos en siete clases. Según Vuillaume "se exigía un trabajo de ochenta y un meses para obtener estos grados unos después de otros, y difícilmente se concedían dispensas"; el de 33 grados, "Antiguo y Aceptado" también se dividía así, siendo la primera "clase" la "Masonería azul" de los tres grados de aprendiz, compañero y maestro.

Puede observarse aquí la idea de "circularidad" implicada por esta estructura y sugerida en el propio término de "grado".

Vuillaume da la traducción de las palabras hebreas en latín y la incluye asimismo en el índice final de términos; también aparecen a lo largo del libro XXXI planchas, algunos de cuyos grabados no suelen hallarse en otro lado, como por ejemplo la XVII:

"Disposición del Campamento de los Sublimes Príncipes del Real Secreto", que tiene ciertas analogías con la "Ciudad de los Sauces" o "Morada de los Inmortales" de la Tradición Extremo-Oriental.

Por el prefacio de Jean Tourniac, sabemos que en la primera edición de la obra el autor afirmaba que, de los Tuileurs publicados hasta esa fecha, todos agotados, "el menos imperfecto. es aquél impreso en 1813 que se vendía donde Delaunay" indicando Tourniac la preferencia de algunos autores por este último. No conociéndolo, podemos decir sin embargo que en los dos tomos queR. Berteaux dedicó a los altos grados del Rito Escocés antiguo y aceptado, están citadas las referencias fundamentales de ambas obras (la segunda de una edición de 1821, publicada por Les Editions d'Aujourd'hui: Les Introuvables), así como bastantes procedentes de A. Pike, y puede observarse que las diferencias entre los dos primeros, cuando las hay, son sobre todo complementarias, dependiendo más bien de puntos de vista distintos, por ej. en alguna de las baterías o de las marchas; en las notas citadas por Berteaux se observa más interpretación por parte de Delaulnay, (no sabemos si incluye muchos más comentarios), limitándose Vuillaume por lo general a la noticia de variaciones en uso, o a la corrección de términos deformados.

Según el editor, la segunda edición se hizo por la demanda que había de este Manual, a pesar de la existencia de varios del mismo género, lo que considera se debe "a su exacta conformidad con los rituales, y a la justeza de la interpretación de las palabras misteriosas de cada grado".

Según se dijo en la primera edición, las palabras hebreas o "caldeas" "consagradas en la masonería, han sido cotejadas con un cuidado particular; han sido traducidas según una obra muy rara, impresa en forma de diccionario en 1537, por Robert Etienne, y con la ayuda del Diccionario hebreo de Sebastián Munster, impreso en Basle por Froben en 1574, 7ª y última edición: En fin, que, en cuanto a la puntuación vocal, se ha seguido la Biblia in-fº que Bomberg produjo en 1548.

"Añadiendo también que "toda esta parte del Manual ha sido revisada por un Doctor israelita conocido por su saber y erudición y junto al cual ha encontrado gran ayuda para el estudio de la lengua sagrada".

Vuillaume incluyó asimismo un resumen de las reglas de pronunciación según los puntos diacríticos.

Tourniac subraya la importancia del calendario, ocurriendo que Vuillaume incluye el hebreo para el s. XIX, lo que parece indicar que era seguido al menos por un número indeterminado de logias. El calendario hebreo y el cristiano son en realidad complementarios, pues uno es lunar y el otro solar, aunque recuerda Tourniac que la Pascua cristiana se celebra el domingo siguiente al 14º día de la luna de marzo.

Hay un punto en el que no podemos estar de acuerdo con Jean Tourniac, y es en que la explicación del interés de R. Guénon por los altos grados, -aparte de lo que se cita más adelante sobre la acogida de otras formas iniciáticas en la Orden- pueda hacerse "observando que siendo la Masonería prácticamente la única iniciación accesible a los occidentales, los altos grados permiten satisfacer las distintas 'tendencias' de los iniciables", aunque ello esté incluido, y que: "Es así como un neófito, dotado de la naturaleza de un kshatriya, puede muy bien no sentirse 'animado' por los grados azules de la Masonería basados sobre la iniciación artesanal. .el acceso ulterior a los grados caballerescos le colocará en una situación favorable para recibir la porción de la influencia espiritual propia de la la iniciación caballeresca que ha sido transmitida a la Masonería -por vías misteriosas a las cuales René Guénon ha hecho alusión en términos 'cubiertos'-, todo y continuando haciéndole beneficiar de los frutos inherentes a la iniciación de oficio."

Esto último es cierto de hecho, los "beneficios espirituales" no se pierden, y menos en un espacio "central" como es la logia, sobre todo abierta en el tercer grado, pero si eso quisiera decir que el neófito ("nueva planta") se puede saltar los primeros grados debido a su indiferencia por sus contenidos, la conclusión será más bien descalificatoria, pues es lo caballeresco lo que ha sido injertado en la Masonería, y no al contrario, y es el tronco lo que da la savia, independientemente que la flor y el fruto puedan ser distintos a los anteriores.

Por otra parte esos neófitos han de efectuar su recorrido por los tres grados, que en sí corresponden a la cosmogonía íntegra; en los "altos grados" (no en todos) se encuentran desarrollos y explicitaciones de los contenidos de aquéllos que incluyen referencias a la salida del cosmos e incluso a la "realización descendente", pero esto sobrepasa las consideraciones de casta, y por otra parte, Alquimia, Gran Obra y Arte Real son términos análogos.

La cuestión es que el "poder temporal" es un extremo de los Misterios Menores, que la Cosmogonía se expresa en los tres grados de Aprendiz, Compañero y Maestro, ilustrados por los desarrollos posteriores (podría decirse que de alguna manera en cada grado hay los tres grados), ocurriendo que los "altos grados" no son sólo "caballerescos" como se ve por muchos de sus títulos y simbólicas propias, y que todos los símbolos son medios y no fines. Por otra parte, las referencias de los altos grados del Escocismo son en realidad "imperiales", pero ¿qué significará esto hoy para sus distintos miembros? .

Diríamos que, en las afirmaciones que comentamos porque pudieran dar lugar a confusiones, se trata más bien de preferencias de J. Tourniac, muy legítimas en un aspecto, pero que no se debe generalizar u otorgarles un solo valor a esas simbólicas; y que aquello a lo que se refiere en su prólogo es más bien un efecto de ese laboratorio metafísico que son los talleres de los "altos grados", una forma, que se está tomando como única. Por otro lado, destacamos parte de su advertencia: "la Unidad no es la uniformidad. Existe una Unidad 'global' de la Masonería, más allá de los diferentes Ritos y que los funda en la armonía exhaustiva, (.) y universal de la Orden. (.) Existe en contrapartida [al mismo tiempo, diríamos, y como imagen de la anterior] una Unidad propia de cada Rito". Unidad cuya armonía es patente en la plancha XXXI, que describe geométricamente la estructura del ''Sistema de los 33 Grados del Escocismo" en base a los polígonos concéntricos comprendidos en el círculo del grado 33 y último del Rito, estructura en la que se ubican las palabras sagradas de los mismos y que constituye un verdadero "mandala" masónico. J. M. R.

 

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