sábado, agosto 23, 2008

SECRETOS DE LA MASONERÍA

Dr. Arnold Krumm Heller

Muchas veces se me ha pedido que escriba sobre la Masonería oculta, pero siempre me he negado porque he creído que no debo perder el tiempo. Pero, últimamente, Leadbeater ha lanzado un libro sobre Masonería, lo mismo como lo había hechoantes Heindel, y entonces he resuelto salir del silencio.

Al leer estas obras, lo mismo como la de Jinaradasa, me he dicho: o estos autores no saben nada de Masonería oculta o si saben no quieren hablar. Lo más probable es que sean como miles y miles de masones que acuden a los Talleres dedicándose a un humanitarismo muy hermoso, pero para ejercerlo les sale sobrando la Masonería y harían obras más prácticas enrolándose en el ejército de salvación con el grado de alférez.

Hace algunos años, los teósofos han instalado unos cuerpos masónicos que llaman, creo, de adopción y en ellos reciben a las mujeres y al practicar su ritual dan algunas explicaciones simbólicas bastante atinadas, que siempre significa un paso adelante, pero lo que saben y dicen no es nada en comparación con los verdaderos secretos de la Fraternidad.

No olvidemos que la Masonería, tanto como la religión católica, en sus ritos y ceremonias, no son más que reminiscencias del Arte Real o Magia.

Dice una de las primeras frases del ritual de la iniciación que para ser masón se requiere ser hombre libre y de buenas costumbres.

De manera que es necesario SER HOMBRE y no mujer.

Al meter los teósofos a las mujeres en nuestros trabajos no han sabido lo que han hecho. No es que yo mire a menos a la mujer, no; sin ella nada seríamos ni nada logramos y opino que la mujer debe participar en todas las cuestiones sociales igual que el hombre, en todo... menos en la Masonería; allá no cabe ella.

La mujer nunca podrá asumir las funciones de hombre como creador. Puede imitar, puede ayudar, pero no puede crear porque le falta la glándula creativa, la próstata, por haber nacido sin ella y el masón debe tener próstata cuando quiere dedicarse a la magia masónica y experimental. El eminente sabio Standemeyer en su obra "La Magia como Ciencia Experimental", dice: "Tenemos ciertos centros nerviosos que debemos excitar en las experiencias. Con ellas podemos despertar y exteriorizar nuestras fuerzas mágicas" Estos centros están en íntima relación con nuestras glándulas endocrinas y éstas, a su vez, susceptibles a ser provocadas a funcionar en un sentido dado con la opresión de ciertas arterias o la supresión de otros centros nerviosos. La práctica de cómo hacer todo esto está encerrada en el manejo de los signos, toques y palabras de pase de la Masonería.

¡Cuan insignificante es a veces el toque que se requiere!

Lo prueban las curaciones del Dr. Asuero, quién al herir ligeramente el nervio trigémino, logra que los diabéticos sanen en el acto y que los paralíticos tiren sus muletas. ¿Quién de los masones actuales ha sospechado jamás que tras de nuestros toques existieran tales cosas? Y, sin embargo, en la Masonería Turca y en el Rito de Memphis y Mizraim está expuesta con toda claridad la clave. Los ritos antiguos, y los hay desde el siglo noveno, dan las prácticas mencionadas con todos los pormenores: los días en los que hay que hacer las prácticas, los toques, como, asimismo, su asociación con la vocalización. Todo ello es señalado en el calendario masónico.

Dan instrucciones sobre el despertar de los chakras, que un masón de la edad media denomina "llamitas" y ya en aquellos tiempos los neófitos tenían que aprender a manejar mágicamente las palabras de pase del primer y segundo grado.

En Rosario han vuelto a realizar este rito antiguo, pero ahora viene lo curioso; no tiene más que la patente expedida en Italia, pero les falta lo esencial: la CLAVE, pues precisamente esos grados carecen de ella. Han querido que yo se la diera, pero, malgrado mío, no fue posible.

Al dar yo una conferencia en los hermosos salones de la Logia Unión Número 17, un hermano que presidía, a título de presentación mía, lanzó un discurso en el cual probó con toda claridad que no saben allá lo que es en sí la Masonería y sus relaciones con la Fraternidad Rosa Cruz, y entonces me dije: acá no debes revelar nada, pues aún no están maduros para estas cosas.

Que el Rito antiguo y sagrado se maneje como se maneja el Escocés, para eso no me presto, pues lo han convertido en un cadáver.

Los hermanos masones pueden estar seguros que yo, como adepto ROSA CRUZ, sí soy masón, no por los diplomas que poseo, pues éstos no valen a veces el papel que se ha gastado en ellos. No, yo soy masón porque he comprendido los grandes secretos de la Orden.

Las vocales I A O que están encerradas en las palabras de paso de los primeros grados, deben pronunciarse en combinación con los toques e inmediatamente la corriente sanguínea de nuestro organismo sufre una modificación instantánea y nos pone en condiciones de provocar fenómenos psíquicos.

Un maestro masón turco quién actuó un tiempo conmigo, tomaba un conejo y le ponía los dedos en la forma como debe hacerlo el aprendiz masón e inmediatamente el animalito se puso en estado de catalepsia, luego hizo lo mismo con un muchacho de 20 años, quién yo creía muerto, pero bastó darle la mano como maestro para que, instantáneamente, volviera en sí.

Años y años he experimentado yo en el laboratorio con los asuntos masónicos y cada día me he convencido más de que realmente somos poseedores de un arte real, grandioso, superior a lo que nos puede enseñar la ciencia oficial.

¿Podré dejar participar a los hermanos masones de lo que yo he descubierto? El porvenir lo dirá y yo seria feliz en poderlo hacer. Lo que puedo asegurar es que si me han visto curar paralíticos, ciegos, como Asuero, y muchos enfermos incurables, en algunas ocasiones instantáneamente, no lo aprendí en la escuela de medicina, sino meditando sobre los asuntos íntimos de la Masonería, donde encontré mucho más, muchísimo más, de lo que comúnmente se sospecha.

El dualismo representado por las dos columnas del templo significa los dos aspectos de la conciencia, es decir, el Ego consciente y el subconsciente. La Masonería ha apelado siempre a la razón y ha aplaudido a Francia cuando excluía a Dios glorificando en una mujer a la Razón.

Nuestra Razón seguro que es, como la conciencia, la voz divina en nosotros, pero no podemos escuchar sus dictados claramente, por estar adormecidos por nuestros vicios y malas costumbres, por nuestros prejuicios y preocupaciones y es menester liberarla. Nos hemos guiado demasiado por nuestro instinto, olvidando que tenemos la intuición como factor divino prominente, que nos puede guiar, pero esa intuición tampoco actúa si no hacemos ejercicios mágicos, movimientos estudiados de antemano y que han sido siempre privilegio de las sociedades iniciáticas.

Pues bien, estos ejercicios y todo lo que hacemos, como marchas y movimientos, en los diferentes grados masónicos, no son solo prácticas psicotécnicas, sino que son prácticas que nos pueden llevar a un estado superior al del comúnmente conocido. . .

El catecismo masón dice que una Logia Masónica representa el Universo y que se admira al Gran Arquitecto del Universo. Se ha llamado también al Universo Macrocosmos, poniéndolo frente a nosotros, que somos el Microcosmos, siendo así que significamos una síntesis del gran Todo, y estando por nuestro modo de ser incapacitados para estudiar el Universo,el Masón debe ocuparse del estudio de su YO para arrancar los secretos del Universo por analogía. Nuestro YO está representado para el Masón por el dualismo de sus columnas, la columna J y la B.

La Jota debe ser I, pues esta vocal ha sido siempre la representación del YO en los lenguajes primitivos, y se ha conservado en el Alemán en el Ich, en el Inglés I, en el Francés Je, en el Italiano Io, y en el Español Yo. Podríamos seguir con otros idiomas. Pero la I no solo tiene valor simbólico, sino real,por su sonido, y el aprendiz debe aprender bien la pronunciación de la I para despertar la fuerza inherente al sonido de esta vocal, que está siempre en íntima relación con el Tatwa,en la Atmósfera refleja y en los centros magnéticos del cuerpo.

Para estas cosas el dualismo debe ser consciente.

Las columnas están separadas; la una representa el YO subjetivo y la otra el objetivo.

Cuando decimos: "yo entro por la puerta", confundimos generalmente nuestros dos Egos, y así no nos damos cuenta de la verdadera situación del Universo. El aprendiz Masón debería acostumbrarse al siguiente modo de pensar: "yo llevo a mi cuerpo por esa puerta". Igual cuando habla, debería pensar: "yo hago sonar la I por mis cuerdas vocales. Hay una diferencia entre el Ego interno que habla y el Ego externo que pronuncia.

Para el ejercicio de la meditación aconsejan los turcos a los aprendices masones que tomen un grano o una semilla y mediten sobre ella, la potencialidad que encierra, la facultad de desarrollarse, de llegar a ser flor, planta y árbol, gracias al impulso del Gran Arquitecto del Universo.

Luego hacen tomar la imitación de un grano o semilla, como vemos las frutas imitadas de goma o de cera. Es que no reside ese poder oculto donde no actúa el Gran Arquitecto del Universo. Así se hace cargo de las cosas reales e irreales, de ese aspecto vivo o muerto de las cosas.

El piso blanco y negro representa el día y la noche, en relación con nuestro Ego en estado de vigilia y en estado dormido.

Uno de los símbolos más profundos que posee la Libre y Antigua Masonería, es el que se encuentra en el enunciado de la proposición cuarenta y siete del libro primero de Euclides, proposición que, conocida con el nombre de Teorema de Pitágoras, dice así :

En todo triángulo rectángulo, el cuadrado construido sobre la hipotenusa es igual a la suma de los cuadrados construidos sobre los dos catetos.

Muchas son las interpretaciones simbólicas que se han dado a la afirmación anterior, basadas todas ellas en el significado del triángulo y del cuadrado, las dos figuras más perfectas de la Geometría.

Mis afirmaciones sinceras a las fecundas y profundas Matemáticas me han llevado, por un sendero poco recorrido, hacia una interpretación que me atrevo a juzgar interesante pues se funda toda ella en el significado oculto que posee cada uno de los números usados en la Aritmética, recordando que todas las cosas conocidas tienen un número, puesto que el número es la condición esencial de su existencia.

Como es sabido, los números que poseen la importancia especial de representar la hipotenusa y los dos catetos de un triángulo rectángulo, satisfacen las condiciones establecidas en las tres expresiones matemáticas siguientes, en las que "n" tiene cualquier valor excepto 0:

2n2+ 2n + 1; 2n2+ 2n; 2n + 1

Ahora bien, sustituyendo "n" por el valor "1", se obtiene que los tres números enteros positivos menores que satisfacen la condición exigida por el Teorema del sabio de Samos son el 3, el 4 y el 5, pues 32+ 42 = 5S. El triángulo rectángulo en referencia tendría como catetos e hipotenusa los expresados por los números indicados: 3, 4 y 5, cuyos significados cabalísticos son los siguientes:

Número tres:

Se corresponde con la letra Gomor (G). Simboliza en el mundo divino la potencia suprema, el equilibrio obtenido, sin esfuerzo, por la inteligencia eternamente activa, por la absoluta sabiduría. En el universo intelectual representa la fecundidad universal del Ser. En el dominio de lo físico indica el trabajo incesante de la Naturaleza, la germinación fecunda de los actos que han de surgir de la voluntad consciente de la propia potencia.

Ese número se corporiza por medio de una mujer sentada en el centro de un Sol radiante que indica la potencia creadora, coronada por 12 estrellas, con un cetro en cuya parte superior brilla un globo luminoso que no es sino la acción perpetua que la Naturaleza, siempre sabia, ejerce sobre las cosas nacidas o por nacer. En la otra mano de esa figura alegórica, se posa un águila que recuerda las alturas hasta las cuales ha de remontarse la inteligencia.

A los pies de la noble matrona brilla la Luna que simboliza la infinitud de la materia y su esclavitud respecto al espíritu.

Número cuatro:

Se corresponde con la letra Dinain (D). Simboliza en el mundo divino la realización perpetua, en modo jerárquico, de las virtualidades que configuran el ser absoluto. En el universo intelectual representa la realización de las ideas del Ser, por medio del cuádruple trabajo del espíritu, es decir por medio de la afirmación, de la negación, de la discusión y de la solución. En el dominio de lo físico indica la realización de los actos dirigidos por la ciencia de la Verdad, por el amor a la Justicia, por la fuerza de la Voluntad y por el trabajo de la Energía Material. Este número se personifica mediante la figura de un guerrero cubierto con un casco que da la idea de la fuerza que conquista el poder bien dirigido, sentado sobre una piedra cúbica, imagen de la materia domada, de la obra humana perfectamente concluida. Con la mano derecha sostiene un cetro, mientras sus piernas están colocadas en forma de cruz que simboliza los cuatro elementos, la expansión de la potencia humana hacia los cuatro rumbos del espíritu.

Número cinco:

Se corresponde con la letra Eni (E). Simboliza en el mundo divino la Ley universal reguladora de las manifestaciones del Ser en la unidad de la sustancia. En el universo intelectual representa la religión, es decir la relación íntima del Ser absoluto con el Ser relativo, de lo infinito con lo limitado. En el dominio de lo físico, indica la inspiración comunicada al hombre por las vibraciones del fluido astral; recuerda las mil pruebas a las que está sometido el ser humano si ejerce la propia libertad de acción por el círculo infranqueable de la Ley Universal. Ese número se corporiza por medio de un Hierofante genio de las buenas inspiraciones del espíritu, sentado en el espacio que queda entre las dos columnas del Santuario; traza con el índice de la mano derecha, sobre el pecho, el signo del silencio como invitación al recogimiento si se desea escuchar la voz del cielo en el silencio de las pasiones y de los instintos materiales. La columna derecha simboliza la Ley divina, la de la izquierda representa la facultad de obedecer o desobedecer esa misma Ley divina. El Hierofante aparece apoyado sobre una cruz de tres brazos horizontales, emblema del espíritu del Gran Arquitecto del Universo que penetra en los tres mundos para despertar todas las manifestaciones de la vida universal.

A sus pies, dos hombres de rodillas, el genio de la luz, vestido de rojo, el espíritu de las tinieblas, de negro, listos ambos para obedecer al Maestro de los Misterios Sagrados...

El Triángulo Pitagórico, pues, está formado, en el mundo divino, por la Ley Universal como hipotenusa y como catetos, por la potencia Suprema y por la realización perpetua de las virtualidades del Ser absoluto. En el universo intelectual la hipotenusa de ese mismo triángulo es la religión y los catetos están construidos por la fecundidad universal del Ser y por la realización de las ideas de ese mismo ser al efectuar el cuádruple trabajo del espíritu, que no es sino el grupo compacto de la afirmación, la negación, la discusión y la solución.

En el dominio de lo físico, la hipotenusa del triángulo de Pitágoras es la inspiración, y los catetos los forman la acción fecunda de la Naturaleza y la realización de los actos humanos por medio de la Verdad, la Justicia, la Voluntad y la Energía.

Ahora bien, el Teorema de Pitágoras dice que:

32+ 42 = 52          9 + 16 = 25

El número nueve, correspondiente a la letra Thala (Th), simboliza en el mundo divino la sabiduría absoluta; en el Universo intelectual, la prudencia que rige y dirige sabiamente a la Voluntad; en el dominio de lo físico es la circunspección en los actos. Ese número se personifica en un anciano, la experiencia adquirida en las dificultades de la vida, que camina apoyado en un báculo, que no es sino el sostén que presta la prudencia y que lleva una lámpara encendida, la luz de la inteligencia, medio oculta bajo el manto que lo cubre, manto que simboliza la discreción.

El número dieciseis se descompone, para los efectos cabalísticos, en diez y en seis.

El número diez, correspondiente a la letra Ioithi (I,J o Y), simboliza en el mundo divino el principio activo que vivifica los seres, en el universo intelectual, la autoridad que todo lo gobierna y en el dominio físico, la buena o la mala fortuna. Ese número se corporiza por medio de una rueda cuyo eje está sostenido por dos columnas; a la derecha Hermanubis, genio del Bien, se esfuerza en subir, mientras que a la izquierda Tyfón, el genio del mal, se ve precipitado al abismo. En equilibrio sobre la rueda está le Esfinge, inflexible, que conserva entre sus garras de león una espada, la espada del destino, que está despierto siempre para forjar las cadenas para el vicioso y entretejer guirnaldas para el que ha hecho de la virtud norma.

El número seis corresponde a la letra Ur (U). Simboliza en el mundo divino la Ciencia del Bien y el Mal; en el universo intelectual el equilibrio entre la necesidad y la libertad, y en el dominio físico el antagonismo indestructible que existe entre las fuerzas naturales, el encadenamiento íntimo que une a las causas los efectos. Ese número se personifica en un hombre de pié, inmóvil en el cruce de dos caminos, que mira al suelo fijamente mientras dos mujeres le tocan los hombros y le señalan la de la derecha la ruta del bien y la de la izquierda el camino del vicio tentador. Por encima y por detrás del grupo el genio de la Justicia, suspendido en una aureola fulgurante, apronta el arco para disparar la flecha mortal contra las tentaciones malsanas. El conjunto, como fácilmente se comprende, expresa la lucha que, en el interior del hombre, se verifica, entre las pasiones malsanas y la conciencia recta.

También el número veinticinco, para su interpretación cabalística, debe descomponerse en veinte más cinco.

El número veinte corresponde a la letra Caitha (K,C). Simboliza en el mundo divino el principio de todas las fuerzas espirituales o materiales; en el universo intelectual la potencia moral, y en el dominio físico la fuerza orgánica. Este número se corporiza en una bella doncella que cierra sin dificultades entre sus delicadas manos las fauces hambrientas de un león de Nemea... Es, como muy fácilmente se puede colegir, el emblema de la fuerza en las propias y potentes energías.

Del número cinco, no es preciso repetir aquí cuanto más arriba quedó explicado acerca del simbolismo que encierra.

De la exposición anterior se deduce que el Teorema de Pitágoras significa en el mundo divino que el principio de toda fuerza, que la Ley Universal reguladora de las manifestaciones del Ser en la unidad de la sustancia es originada por la acción combinada de la sabiduría absoluta, del principio activo que da vida a los seres y la Ciencia del Bien y del Mal.

En el universo intelectual, la misma proposición geométrica indica que la potencia moral, la religión sabiamente entendida, resulta del acuerdo que debe existir entre la prudencia que rige los actos de la Voluntad y la Autoridad suprema que todo lo gobierna, estableciendo el equilibrio absoluto entre la Libertad y la Necesidad.

En el dominio físico, el enunciado Pitagórico establece que la fuerza orgánica y la inspiración comunicada al ser finito por las vibraciones del Ser infinito, nace de una perfecta prudencia en los actos auxiliada por el destino que establece las buenas y las malas fortunas en obediencia al encadenamiento absoluto que existe entre las causas y los efectos, encadenamiento que nace del antagonismo que las fuerzas naturales sienten unas por otras.

Resumiendo los tres mundos en uno solo, se puede decir que al enunciar Pitágoras su Teorema: “En todo triángulo rectángulo el cuadrado construido sobre la hipotenusa es igual a la suma de los cuadrados construidos sobre los dos catetos” expresó una proposición de índole netamente filosófica cuyo profundo enunciado sirvió de base a una de las más perfectas filosofías:

“La renovación universal que obtendrá el hombre por medio de la inspiración que recibe directamente de las Potencias Ocultas, ha de alcanzarse únicamente por la acción de la prudencia que mantiene el equilibrio universal, por el impulso de la fortuna bien dirigida por una voluntad potente y por la constancia en las mil pruebas a las que ha de verse sometido el ser humano en presencia de las múltiples tentaciones del Bien y del Mal.”

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GRANDES MAESTROS DE LA GRAN LOGIA DEL PERU Y WASHINGTON D.C. EEUU VISITAN EL CONGRESO DE LA REPUBLICA DEL PERU

El día 22 de Agosto de 2008, el M:.R:.H:. Manuel Manrique Ugarte, Gran Maestro de Masones del Perú, y el M.·.R.·.H.·. (Most Worshipfull Master) Akram R. Elias, Grand Master of Masons of the Gran Lodge, F.A.A.M. of the Washington D.C., Or.·. de los EE. UU. de Norte América, visitaron el Congreso de la República del Perú.

Fueron recibidos por el Presidente del Congreso de la República, congresista Javier Velásquez Quesquén, y el congresista, Aníbal Huertas Díaz, miembro de la Junta Directiva del Congreso de la República.

El Pleno del Congreso de la República saludó la presencia de los M:.R:.H:.indicados quienes se encontraban acompañados con los QQ:. y RR:.HH:. siguientes: R:.H:. José Guzmán Estrada, Gran Primer Vigilante de la G:.L:.P:., el R:.H:. Fernando Britto Obregón, Gran Segundo Vigilante Adjunto; el Q:.H:. Faustino Beraún Barrantes, Gran Secretario Adjunto del Gran Logia del Perú, el R:.H:.Jaime Córdova, P:.V:.M:.I:. de Alianza Fraternal Americana Lodge Nro.92, el R:.H:. Alberto Arróspide y de otros destacados hermanos que acompañaron a los representates de la G:.L:.P:. y Washington D.C. EEUU.

En el Centro, el Presidente del Congreso, Javier Velásquez Quesquén; el congresista Aníbal Herrera, miembro del Junta Directiva del Congreso; al lado izquierdo, el M:.R:.H:.Manuel Manrique Ugarte, G:.M:.de la G:.L:.P:. y el M.·.R.·.H.·. (Most Worshipfull Master) Akram R. Elias, Grand Master of Masons of the Gran Lodge, F.A.A.M. of the Washington D.C., Or.·. de los EE. UU. de Norte América; en el lado derecho, en segundo lugar, el ex-congresista Santos Jaimes, le sigue, el Q:.H:.Faustino Beraún Barrantes, Gran Secretario Adjunto de la Gran Logia del Perú.

En el centro, el M:.R:.H:. Manuel Manrique Ugarte, Gran Maestro de Masones del Perú, y el M.·.R.·.H.·. (Most Worshipfull Master) Akram R. Elias, Grand Master of Masons of the Gran Lodge, F.A.A.M. of the Washington D.C., Or.·. de los EE. UU. de Norte América y el P:.V:.M:. Alberto Arróspide; a la derecha, el R:.H:.Carlos Ormeño, el Q:.H:.Faustino Beraún Barrantes, Gran Secretario Adjunto de la Gran Logia del Perú, en la segunda fila, el Gran Primer Vigilante de la G:.L:.P:. José Guzmán y el P:.V:.M:.I:. de Alianza Fraternal Americana Lodge Nro.92, Jaime Córdova y otros RR:. y QQ:.HH:.

domingo, agosto 17, 2008

La Masonería en la Guerra Civil Española

Vicent Sampedro Ramo, miembro del Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española.

A la hora de estudiar el papel de la masonería durante la guerra civil española, no cabe duda de que la dura represión llevada a cabo por los llamados nacionales contra los masones desde los primeros compases de la contienda, es lo que ha centrado la mayor parte de los trabajos publicados sobre este periodo. A esta circunstancia hay que añadir el hecho de que ante el desarrollo desfavorable de la contienda, los propios masones hicieron desaparecer buena parte de la documentación más comprometedora, en las zonas leales al Gobierno de la República, intentando evitar en la medida de lo posible los efectos de la represión de los que se perfilaban como vencedores, tal y como la habían sufrido sus hermanos del territorio rebelde y de la que eran plenamente conscientes. Por supuesto, en las zonas sublevadas, las actividades masónicas cesaron tras la publicación del Bando de Guerra y de la toma efectiva del poder por parte de los protagonistas del alzamiento. A partir del 18 de julio de 1936 la masonería española sufrió una auténtica prueba de fuego, caracterizada por una encarnizada represión de todo lo concerniente a la masonería, tanto en las personas como en las ideas y símbolos, que superó en crueldad a todas las anteriores que se habían producido en la historia de España. Los militares rebeldes y buena parte de sus partidarios, entre los que destacaba la jerarquía eclesiástica, veían en la Orden del Gran Arquitecto del Universo, que era identificada plenamente con el régimen republicano, la personificación de todos los males de España y la causante, de innumerables crímenes contra la religión y la patria, que debían ser purgados de la forma más dura y sistemática posible, pues la masonería era el Enemigo y su exterminio significaba un servicio a España.

Por ello, en la zona nacional se produjo, dentro del ámbito de una represión generalizada que afectó a los partidos políticos republicanos y de izquierda y a las organizaciones obreras, una espiral de violencia antimasónica, que se tradujo en el allanamiento de las sedes de las logias, su asalto y saqueo, como sucedió con el local de la logia Turdetania de Córdoba, que fue incendiado, o con el magnífico templo de la logia Añaza de Santa Cruz de Tenerife, que se convirtió en sede de Falange. Tras los asaltos, se produjo la confiscación de la numerosa documentación que se encontraba en las logias y basándose en ella, fueron produciéndose las detenciones de masones activos y también las de algunos que llevaban largo tiempo sin relación con su logia o "durmientes". Se produjo en algunos casos, la ejecución casi inmediata de los detenidos, sin procedimiento legal alguno. Otros, tuvieron que soportar los rigores de la reclusión, hasta su juicio en los tribunales sumarísimos establecidos al efecto, que dictaron numerosas penas de muerte. Los que salvaron la vida, sufrieron durante muchos años cárcel o depuraciones, tras hacer públicas retractaciones de sus ideales. El sentimiento antimasónico en determinados sectores de la sociedad española, no era nada nuevo, pues la francmasonería había sido condenada prácticamente desde sus esporádicas apariciones en nuestro país a mediados del siglo XVIII, y especialmente durante los reinados de Carlos III y sobre todo de Fernando VII, cuando los tribunales del Santo Oficio aplicaron todos sus esfuerzos en la persecución de los masones, a los que en los primeros años sólo se les tenía como personas con una vida ética y social poco ortodoxas, pero a los que, tras la Revolución Francesa y la Guerra de Independencia, se les considera como peligrosos revolucionarios, enemigos del Trono y del Altar. Tras el estallido de la sublevación militar, la fase organizada de persecución de la masonería, empezó con el primer decreto de Franco, comandante en Jefe de las Islas Canarias, contra las actividades masónicas, fechado el 15 de septiembre de 1936, en Santa Cruz de Tenerife. En él se declara a la Francmasonería y a otras asociaciones "clandestinas" como contrarias a la ley y se toman otras medidas, como el ordenar la quema de toda clase de piezas de identidad, recibos, correspondencia o emblemas empleados en las logias y la confiscación de los locales masónicos, a lo largo de los cinco artículos de que constaba. Se llegó a extremos tales como los contenidos en el decreto que el 21 de diciembre de 1938, que ordenaba la eliminación de todas las inscripciones o símbolos masónicos que pudieran ser juzgados como ofensivos para la Iglesia, especialmente en las lápidas de los cementerios de la zona nacional, en un plazo máximo de dos meses. La política represiva antimasónica continuó durante los años de la contienda y culminó el 1º de marzo de 1940, con la promulgación de la Ley de represión de la masonería , que otorgó el marco legal adecuado a la persecución. Con esta ley, que tuvo sus antecedentes en la Ley de Responsabilidades Políticas de 9 de febrero de 1939, fueron declaradas ilegales todas las organizaciones masónicas y se les confiscaron sus bienes, condenándose a durísimas penas a cualquiera que hubiera pertenecido a la Orden. Los masones quedaban automáticamente separados de cualquier empleo o cargo público, llegando la depuración hasta extremos tales como el no poder formar parte de un "Tribunal de Honor" quien tuviera algún pariente masón hasta el segundo grado de consanguinidad

En virtud del artículo 12 de la Ley de 1 de marzo de 1940, se creó el Tribunal Especial para la represión de la masonería y el comunismo, que quedó constituido, en primera instancia, por el Decreto de 4 de junio de 1940 y compuesto entre otros por Marcelino de Ulibarri y Eguilaz, Delegado Nacional del Servicio de Recuperación de Documentos y Consejero Nacional de F. E. y de las J.O.N.S., como Presidente y el general Borbón, Duque de Sevilla, como vocal. Por el Decreto de 31 de marzo de 1941, se constituyó definitivamente el Tribunal, presidido ahora por el Teniente General Saliquet y con Ulibarri como Vocal Ponente. El Tribunal, que extendía sus actividades incluso a los masones exiliados, hizo gala de una actuación rigurosa y minuciosa, prestando sus servicios hasta el 11 de febrero de 1964, fecha en la que se publicó el Decreto con las normas para su supresión, siendo reemplazado por el Tribunal de Orden Público.

El 1 de julio de 1941, se produjo una nueva campaña de expedientes depuradores que podían afectar a cualquier cargo o funcionario civil o militar, iniciada por una orden circular de la Presidencia del Gobierno, que no dejaba libre de sospecha a nadie que hubiera tenido alguna relación con la Orden, aunque se hubiese significado activamente por el Movimiento. Durante los primeros meses de la guerra, la tarea de recogida y recuperación de la documentación masónica se hizo de una manera desordenada y poco sistemática, tras el asalto de los locales masónicos. En la confusión de estos primeros días, las fuerzas militares sublevadas, con la ayuda inestimable de la Falange, guardia civil y de las guardias cívicas, integradas por elementos derechistas, se valieron de los documentos requisados, especialmente de los cuadros lógicos o estadillos de componentes de las logias, para proceder a la detención de los masones de sus respectivas localidades. A pesar de que la represión fue durísima, no puede decirse que se desarrollase de una forma coordinada, al menos en las primeras semanas del conflicto, sino que se encuadró en aquella serie de actuaciones que realizaron los sublevados, tendentes a asegurar el territorio y controlarlo, identificando y neutralizando a los desafectos al alzamiento, preparando el avance de las tropas en la "liberación" de nuevos territorios y sentando las premisas del nuevo estado nacional. Sin embargo, tras la confusión de las primeras semanas y una vez unificado el mando en la persona del general Franco, se sentaron las bases para hacer de la persecución de los masones algo eficaz, a través de la recogida, clasificación y estudio de la documentación masónica. A partir de abril de 1937, con la creación de la Oficina de Investigación y Propaganda, dependiente de la Secretaría General del Jefe del Estado, se dieron los primeros pasos en la tarea de recogida, análisis y catalogación de todo tipo de material de propaganda, en la zona ocupada y en la que faltaba por ocupar, de las organizaciones fieles a la República, entre las que destacaban las sociedades masónicas y similares. A finales de mayo de 1937 fue organizada la Delegación Nacional de Asuntos Especiales del gobierno de Burgos -la Secretaría Particular de Franco-, centrada especialmente en la recuperación de todo lo relacionado con las sectas, para identificar y perseguir a sus miembros. El carlista Marcelino de Ulibarri, amigo personal de Franco, fue nombrado Delegado de Asuntos Especiales y de la O.I.P.A. y pasó a ser en junio de 1937, cuando se organizó el Servicio de Recuperación de Documentos, su responsable. Este Servicio contaba con equipos estructurados militarmente que, al entrar en las poblaciones que a lo largo de las campañas militares iban "liberándose", recogían el material y la documentación de las logias y lo remitían a Salamanca, especialmente todo lo susceptible de ser utilizado para obtener antecedentes político-sociales, es decir, crear un fondo de datos de los enemigos del régimen, para facilitar su represión. En abril de 1938, con la estructuración del Servicio en la Delegación del Estado para la Recuperación de Documentos, adscrita al Ministerio del Interior, Ulibarri fue nombrado Delegado. Su celo personal en la lucha contra la masonería, le llevó a elevar sus quejas, en diciembre de 1937 hasta el mismo Franco, pues consideraba que las diferentes autoridades militares y políticas de los sublevados no colaboraban lo suficiente en el combate contra los masones, instando al general a que ordenase la urgente remisión de todos los documentos, insignias, emblemas y demás objetos pertenecientes a sectas secretas, con las seguridades debidas y bajo inventario, a la Delegación Nacional de Servicios Especiales en Salamanca, intensificando las gestiones en este sentido, pues muchos de estos objetos y documentos se hallaban depositados en distintos centros militares, auditorías y archivos, e incluso en manos particulares, que los retenían con afán de coleccionismo. Sus gestiones fructificaron y un año después, el Servicio contaba con más de 5 millones de documentos masónicos.

Su labor perduró más allá del final de la guerra, constituyéndose delegaciones territoriales en las principales localidades de la zona republicana. Ulibarri se mantuvo en este puesto hasta 1944, año en que se unificaron los diferentes servicios bajo la denominación de Delegación Nacional de Servicios Documentales, dependiente de la Presidencia del Gobierno. Durante estos años se consiguió reunir un enorme fondo documental que fue la base de la posterior depuración de todo lo relacionado con la masonería en España, facilitando la labor represiva tanto de los tribunales militares, como de las comisiones de depuración y especialmente del Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo.

Las 80.000 fichas personales de supuestos masones archivadas en el Archivo Histórico Nacional de Salamanca y el halo de oscuridad, miedo e ignorancia que rodeó todo lo concerniente a la masonería durante los años del régimen franquista, son una buena muestra del espíritu de cruzada antimasónica que imperó en España hasta el restablecimiento de las libertades democráticas. Es difícil de establecer el balance cuantitativo de víctimas de la represión contra la masonería, aunque se puede destacar el hecho de que según el informe de la Asamblea Anual del Gran Oriente Español celebrada en Madrid los días 15 y 16 de diciembre de 1937, todos los masones que no habían podido huir de la zona franquista habían sido asesinados

Incluso un masón tan significativo como el diputado socialista por Badajoz Juan Simeón Vidarte, baraja la cifra de 6000 masones muertos durante la guerra,

Según el profesor Ferrer Benimeli, de la logia Constancia nº 16 de Zaragoza fueron asesinados 30 masones, entre ellos un masón alicantino, residente en la capital aragonesa, Eduardo Dagnino Chambó, fusilado el 3 de agosto de 1936, a los 42 años de edad, dejando cuatro hijos. Este masón provenía de una familia con gran relación con la masonería alicantina, pues sus padres, el médico Juan Dagnino Garrigós y Petra Chambó Vargas, así como sus abuelos maternos, Carlos Chambó y la escritora Mercedes Vargas, Juana de Arco, fueron destacados miembros de la logia Constante Alona 8 y 3 de la capital alicantina en las décadas de 1880 y 1890. En Huesca, del Triángulo Joaquín Costa , hay datos sobre el asesinato de 7 de sus miembros, siendo exterminados no sólo la casi totalidad de los masones aragoneses, sino incluso muchos otros que fueron acusados de serlo y en realidad nunca habían pertenecido a la Orden. De la logia Helmantia de Salamanca fueron fusilados 30 masones, los mismos que en Valladolid, incluido el Gobernador Civil; de la logia Trafalgar de Algeciras cayeron 24 de sus componentes, así como todos los masones de Zamora, Melilla, Tetuán... o muchos de los de Cádiz, La Coruña, Lugo, Vigo, Ceuta, Logroño, La Línea, Burgos...etc.

Sevilla, sede de la Gran Logia Regional del Mediodía de España, y uno de los más sólidos bastiones de la masonería española, gracias a figuras como Diego Martínez Barrio o Demófilo de Buen, fue la primera ciudad de la península en la que se proclamó el estado de Guerra el 18 de julio. Una vez sometida la ciudad y la provincia, fueron fusilados muchos masones, relevantes sobre todo por los cargos que ocupaban, como el alcalde Hermoso, el presidente de la Diputación, Puelles de los Santos, Fermín de Zayas, Gran Maestre de la Regional y su hijo Fermín de Zayas Madera, Secretario de este alto organismo masónico, o el líder del andalucismo, Blas Infante, así como otros destacados personajes de la vida pública sevillana, que no opusieron resistencia al alzamiento, pero a los que su condición de masones significó un agravante decisivo que les condujo a la muerte. Lo mismo sucedió en localidades como Ecija, Utrera, Carmona, Alcalá de Guadaira o Lora del Río.

En Huelva y su provincia, que contaban con unos 350 masones activos o durmientes al estallar la guerra, ellos fueron asesinados en la represión inicial, a finales de julio y principios de agosto de 1936. En marzo de 1937 se produjo un proceso generalizado de abjuraciones ante el arzobispado de Sevilla y a partir de octubre comenzó la redada definitiva, siendo de nuevo detenidos muchos masones hasta que a partir de 1941, fueron juzgados por el Tribunal Especial y condenados, lo que afectó incluso los que se sumaron al Movimiento plenamente identificados con él.

En Granada, podemos poner el ejemplo de la logia Alhambra nº 39, con unos 50 miembros activos en 1936, de los que fueron fusilados

Hay que destacar que un grupo de masones granadinos, detenidos en Víznar bajo las órdenes del falangista comandante Nestares, tuvieron la triste tarea de enterrar a los fusilados en esta localidad, entre los que se encontraban algunos de sus hermanos de logia.

El 22 de septiembre de 1936, el diario madrileño La Voz de Madrid, publicó una crónica, reproducida al dia siguiente por el ABC , en la que se habla de los fusilamientos en masa en Granada de miembros del Frente Popular y de masones, relatando que : "...los facciosos se apoderaron de los ficheros de las dos logias masónicas que existían en la capital e hicieron prender a todos los masones, sin distinción de clases, pues había muchos hermanos pertenecientes a la mesocracia y ajenos a toda política y otros que "dormían" desde hace tiempo. En camiones los trasladaron al vecino pueblo de Víznar, donde fusilaron a los venerables. Después de tener encarcelados durante varios dias a todos los demás, los condujeron al campo y les obligaron a cavar sus propias sepulturas. Tan pronto como terminaban eran muertos a tiros. Parece que los tuvieron encerrados en Víznar porque los facciosos tenían el propósito de organizar un acto de fe a la antigua usanza, llevando en procesión a los masones con sambenitos y corazas por las calles de Granada; pero a última hora desistieron, temiendo que los extranjeros que aún hay en los hoteles de la Alhambra diesen publicidad a la salvajada."

La represión en Córdoba alcanzó a unos 25 masones, entre la capital y pueblos como Palma del Río o Lucena, localidad donde todos los miembros del triánguloIsis Lucentino que fueron capturados, fueron fusilados. De entre los represaliados cabe destacar la figura del doctor Sadí de Buen Lozano, eminente epidemiólogo de renombre internacional y hermano del alto dirigente masónico Demófilo de Buen. Por razones de su cargo de Inspector General de los Hospitales de la Cruz Roja se encontraba de paso en Córdoba el 18 de julio, siendo detenido. Fue acusado de ser masón y fusilado a principios de septiembre de 1936.

Muchos son los ejemplos de masones asesinados durante la Guerra Civil; un porcentaje elevado de los masones existentes en España en 1936 sufrió de una u otra manera las consecuencias de la guerra, pagando unos con su vida, y otros con largos años de cárcel o con depuraciones, denuncias, multas y castigos su pertenencia a la Orden. Los que pudieron escapar a la violencia antimasónica, no tuvieron otra opción que el duro camino del exilio, pasando primero por los campos de concentración en Francia o el Norte de África y luego por la ocupación alemana, excepto los más afortunados, que pudieron iniciar una nueva vida en Méjico, Argentina y otros países americano. Pero no se puede olvidar que una vez pasados los primeros momentos de confusión, la maquinaria represiva vio siempre a la masonería como uno de sus principales objetivos y esta institución se convirtió en un tema obsesivamente recurrente para Franco y para el franquismo, prácticamente hasta el último discurso del general en la Plaza de Oriente, unas semanas antes de su fallecimiento.

También encontramos casos de masones que colaboraron con los sublevados, en la mayoría de las ocasiones para salvar la vida y pasando por una pública retractación, pero hubo otros que lo hicieron por estar plenamente identificados con los postulados de la rebelión, adhiriéndose incondicionalmente a la nueva causa y empuñando las armas en su defensa. No hay que olvidar que muchos masones pertenecían a estratos acomodados y políticamente eran de ideología moderada, muy alejada de los postulados revolucionarios, aunque esto no les sirvió posteriormente de mucho, cuando se enfrentaron al Tribunal Especial, que los condenó o inhabilitó, a pesar de su retractación y de los servicios prestados. Incluso se dieron circunstancias como las de dos masones de Constantina, en Sevilla, o de algunos antiguos masones de Motril, que fueron víctimas de la represión revolucionaria por estar ligados a la oligarquía local o ser militantes de organizaciones derechistas. En Valencia aparece el caso del antiguo masón y destacado dirigente del PURA, Juan Calot Sanz, Presidente de la Diputación Provincial durante varios años, que fue asesinado en los primeros dias de la guerra. En la prensa valenciana aparecen reflejadas en diversos momentos noticias sobre la represión de los miembros de la Orden en la España sublevada. representan un valioso documento sobre el clima existente respecto a la persecución de los masones. El 6 de octubre de 1936 aparece publicado, con el título de "Peores que Fernando VII. Los masones de Granada" , un relato sobre la represión de los miembros de la Orden en aquella ciudad, firmado por el prestigioso periodista y diputado republicano Roberto Castrovido, que pertenecía a la logia Ibérica nº 7 de Madrid, y del que podemos entresacar lo siguiente: "Desde los primeros años del siglo pasado han trabajado logias masónicas en Granada. ...Granada y Cádiz son merecedoras de adicionar a sus escudos el triángulo simbólico. ...Los rebeldes, a quienes aplicamos con acierto en nombre genérico de fascistas, han asaltado varios talleres masónicos y a aprendices y maestros les han fusilado después de obligarles a cavar sus sepulturas. En tiempo de Fernando VII se procedió por dos veces contra los masones de Granada. El mismo año del suplicio a Cayetano Ripoll... se ahorcó en Granada a los masones aprehendidos en sus templos y llevados a la cárcel y a los dos días al campo de la ejecución con los mandiles puestos y con las espadas simbólicas en la mano. En junio de 1827 fue descubierta otra logia y apresados los masones... Se les condenó también a muerte, mas el rey les perdonó la vida. Ciento nueve años después del perdón otorgado por el inhumano Fernando de Borbón, se mató en la misma Granada a Francmasones, reos de un delito religioso... no se preveía - y ello es muy natural - que en 1936 hubiera españoles todavía peores que la canalla fanática de 1827, capaces de dar muerte a masones, rematar hermanos de los indultados por Fernando VII, superior a la tropa rebelde en sentimientos y en el don de hacerse cargo del pésimo efecto que la ejecución de masones causó en el mundo liberal y civilizado.

Unos meses después, se habla, bajo el título de "Los crímenes de los fascistas. Más de once mil fusilamientos en Sevilla" que entre los asesinados en la capital andaluza figuraban hombres sin filiación política, citando en caso de Piqueras y García de Leániz, fusilado por pertenecer a la masonería y debido a la presión constante de los jesuitas sobre Queipo de Llano.

En septiembre de 1937, se publicó el relato de un evadido de Zaragoza, titulado "Los que vuelven del infierno", en el que se habla de la represión en la capital aragonesa, señalando que: " ... todavía con más saña, más alevosamente se persiguió a los masones. La detención de un masón equivalía al fusilamiento en breves horas. De los hombres de izquierda detenidos pudo salvarse alguno; de los masones encarcelados ninguno.

En una fecha tan tardía como el 21 de octubre de 1937, aparece la noticia de la reciente ejecución de nada menos que 80 masones en Málaga, ciudad que había caído en manos de los sublevados a principios de febrero. la forma de la ejecución -la horca-, pero es sintomática del clima que se vivía en aquellos momentos. El texto, fechado en Gibraltar el 21 de octubre dice así: " El pasado día 19, la cárcel de Málaga fue testigo de la crueldad del fascismo instalado en la España rebelde. En el patio fueron levantados seis patíbulos en los que se ahorcó a ochenta personas por el "delito" de pertenecer a la Masonería. Entre ellas se cuentan Guiote, López -de la firma López Hnos.- Márquez Anglada y Atilano Cerezo. Tal acto de barbarie se achaca a la presión del cardenal Segura. Con él ha querido celebrar, sin duda, su elevación a Primado

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domingo, agosto 03, 2008

Libros Masonicos

 

La RLS Fraternidad No. 10 del Oriente de Mexico, ya coloco en su pagina WEB (http://fraternidad10.org/index.php), los siguientes libros digitalizados para poder bajarlos:

-Los 33 Temas del aprendiz Mason

-Los 21 Temas del Compañero

-Los 27 Temas del Maestro

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Un masón, gobernador de Nueva York

http://franc- masoneria. org/un-mason- gobernador- de-nueva- york/

Los juegos de alcoba salen caros en la puritana Norteamérica. Y es una lástima, porque quizá si fueran más relajados en este aspecto no tendrían que desahogarse con las armas.

En todo caso, las travesuras de Eliot Spitzer le costaron recientemente el puesto de gobernador de Nueva York.

Su sucesor, David Paterson, es un gobernador singular en varios aspectos: es invidente, es el primer gobernador de Nueva York afroamericano… y es masón.

El flamante gobernador es un hombre respetado tanto por republicanos como por demócratas por su involucración en la defensa de los derechos de los ciudadanos con disminuciones físicas.

Con ocasión de su nombramiento, ha querido destacar también su compromiso con la masonería -el H.·. Paterson es miembro de la R.·.L.·. Boyer nº 1, de la Gran Logia Prince Hall de Nueva York- puesto que ha pedido jurar el cargo sobre la llamada biblia masónica George Washington, custodiada por la R.·.L.·. Saint John´s nº 1, sobre la que juró el primer presidente de los Estados Unidos, también masón.

La petición le ha sido acordada.

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